Fotografiar niños es una tarea bastante complicada, en la cual el fotógrafo necesita armarse de paciencia. Te pueden encontrar una diversidad de peques en tu estudio: divertidos, malhumurados, introvertidos, encantadores, presumidos ..., pero cualquiera es válido, lo que tienes que hacer es reflejar su personalidad en tu trabajo. No puedes pretender, o no deberías hacerlo, que un niño dicharachero salga en tus fotos super serio, o hacer que un niño tímido salga a carcajada limpia. En este caso fue un poco más complicado. Uno, conlleva sus problemas; en caso de hermanos, los problemas crecen .... y si te vienen 8 de golpe, pues ... aquí tenéis el resultado.
